8.7.07

La ventana de mi casa II


Ha llegado el calor y las neuronas se resienten.
Todo se ha vuelto plano, con forma de toalla playera. Hay que reconocer que estas temperaturas nos dejan fuera de juego. Tal vez el rio me calme la ansiedad. Tal vez el mar me cure la nostalgia. Tal vez el océano se trague mis quejas.
Los turistas se abalanzan sobre la playa como si fueran a las rebajas. Les han tenido que prohibir reservar sitio con la toalla porque no dejaban limpiar la arena. Con los primeros rayos de sol ya estaban allí los votantes, perdón, los veraneantes, plantando la parcelita que para eso pagan sus impuestos y sus tasas y sus intereses de amortización. La lucha por la vida, ya se sabe. Después de pasar el año pegados a la piel de los viajeros del transporte público lo de estar a 12,5 centímetros del vecino de toalla es todo un privilegio.

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